Blog pensado por y para los que defendemos el modelo de vida de la clase media en lugar del modelo "liberal" que se está imponiendo.
El objetivo además es que los temas y la forma de abordarlos tengan también una óptica de clase media, encontrando un punto intermedio entre el elitismo y el populismo. Imagino que a veces es difícil no inclinarse hacia el uno ni hacia el otro, pero al menos se intentará.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Los recortes en educación afectan solo a la escuela pública

Como imagino que mucha gente sigue pensando que los recortes en educación son eso, recortes, que van en la línea de la austeridad para reducir gastos, este mensaje que me han reenviado hace poco expone con gran claridad los verdaderos motivos de la reducción de presupuesto para la escuela pública. No se trata de ningún recorte para ahorrar, sino de aprovechar la coyuntura de crisis para imponer una política educativa neoliberal:

Elige la opción que más te interese:

¿Qué prefieres?

1. Cambiar TODAS las papeleras de la ciudad de Madrid (coste: 76 millones de euros)1. Hacer que 3.300 profesionales sigan trabajando en la educación y no vayan al paro (coste: 80 millones de euros) ¿Qué prefieres?1. Ver por todas partes en carteles que somos "la suma de todos" y que el metro de Madrid vuela (coste en 2011: 111 millones de euros)

2. Mantener una red de educación pública que pueda dar a TOD@S la oportunidad de prepararse y llegar hasta donde quieran (coste: 80 millones de euros)

¿Qué prefieres?

1. Destinar
dinero público a l@s que más lo necesitan (aulas de compensación educativa, desdobles para el alumnado con más problemas, departamentos de orientación que ayudan al alumnado con situaciones complicadas, aulas de enlace para alumnado que llegan y no conocen el idioma ...)(coste: 80 millones de euros)

2. Destinar dinero público a los que más tienen (desgravación fiscal para las familias que llevan a sus hijos a colegios PRIVADOS) (coste: 65 - 90 millones de euros)

¿De verdad crees que quitan recursos a la escuela pública para ahorrar dinero?

¿Aún piensas que la crisis es la causa de los recortes en la escuela pública? Si así fuese, ¿te has preguntado por qué no recortan también de la privada? No te dejes engañar, en Madrid están intentando acabar con la Educación Pública para tod@s e imponer la Educación Privada para unos pocos, ¿LO VAS A PERMITIR?

sábado, 17 de septiembre de 2011

¿Una ley puede acabar con la piratería?

La llamada piratería en Internet es el típico tema que inflama las pasiones en un sentido y en otro polarizando los puntos de vista hacia dos extremos igualmente absurdos: quienes pretenden tener derecho a disfrutar de todo tipo de contenidos audiovisuales sin pagar un duro y quienes quieren poner puertas al campo, ignorar la existencia de Internet e imponer mediante multas y cortes de la línea a diestro y siniestro una vuelta a los tiempos del CD y del DVD que es evidentemente imposible.

Es muy cínico pretender, en nombre de la libertad de información o del acceso a la cultura, que tengamos derecho a descargarnos sin permiso de sus autores cualquier material que nos dé la gana reventándoles su forma de ganarse la vida. Si alguien disfruta viendo películas o escuchando música tiene la obligación de contribuir económicamente a que ese negocio se pueda seguir manteniendo. Que las compañías de producción y distribución audiovisual hayan mantenido una política de precios abusivos y que los precios de las películas y discos estén inflados para pagar a intermediarios no puede justificar el todo vale; ni es justo que, pese a que la demanda de contenidos audiovisuales no deje de subir, el sector esté cada vez más en crisis.

No obstante, escuchando a la SGAE, los productores y a las compañías de discos, uno siente ganas de ponerse del lado de los piratas. En primer lugar, "piratería" es un ejemplo de lo que yo llamo neolengua, el uso de determinadas palabras pervirtiendo su sentido para imponer la forma de ver las cosas que interesa a algunos (como llamar "peregrinos" a los turistas que van a ver al Papa). ¿Por qué el book crossing, abandonar en cualquier sitio un libro ya leído y tomar en su lugar otro libro que alguien a su vez ha abandonado, se aplaude y se considera difusión de la cultura, y hacer lo mismo con películas y discos en Internet es ser un "pirata" o "robar"? ¿Si alguien te quita la cartera en el metro es un hurto y en cambio descargarse una película de Internet es un robo? Seamos mínimamente serios en lugar de pervertir el lenguaje para hacer populismo.

Me cae francamente mal quien alardea de tener en su disco duro 700 películas, que seguramente ni va a ver, pero me cae igualmente mal el tipo de la SGAE que dice que ese supuesto pirata supone una cuantiosa pérdida para el sector audiovisual, basándose en la tramposa idea de que si no se las hubiera descargado habría pagado una entrada de cine o se hubiera comprado en vídeo las 700 películas. Eso evidentemente es falso; esta gente nunca ha sido espectador habitual del cine ni le gusta especialmente, simplemente disfruta sintiéndose muy listo por conseguir algo gratis, una actitud que desgraciadamente es muy española, y por eso la piratería alcanza en nuestro país una dimensión desconocida en otros sitios de Europa. Si no pudiera acceder a las películas gratis, este hipotético individuo solamente habría pagado, y eso como mucho, por 4 o 5 de las 700 películas. La piratería sí supone unas ciertas pérdidas para el sector pero no es la madre del cordero.

La verdadera clave del asunto es que el negocio audiovisual, como todos los otros sectores empresariales, tiene un antes y un después de Internet, y la postura seguida por las compañías ha sido la del avestruz. Meter la cabeza bajo tierra, no querer ver que Internet está ahí, y pretender que los CD y DVD iban a poder seguirse vendiendo eternamente a precios abusivos. Y que la gente iba a seguir comprando obedientemente las cuatro películas y discos que a sus intereses comerciales les conviene potenciar en cada momento. Pues no, señores ejecutivos de las grandes empresas de audiovisual, desde el momento en el que existe una tecnología que permite acceder a prácticamente todo el material audiovisual que se produce en el mundo, ya no pueden ustedes decidir a su capricho qué está descatalogado y qué no, qué podemos ver y qué no, ni cómo, cuándo y dónde lo podemos ver. El CD y el DVD ya son prácticamente piezas de museo y el futuro del audiovisual pasa por la descarga. Cuando al público no le ofrecen una alternativa legal para disfrutar de un avance tecnológico, pensar que se va a quedar con los brazos cruzados y no va a recurrir al mercado negro no sólo es ser un absoluto patán a la hora de llevar un negocio, sino carecer del más mínimo sentido común.

Pasarles la patata caliente a los gobiernos para que legislen en favor de sus negocios, que es lo que han hecho las empresas del sector, es completamente inútil; mientras sigan sin existir portales seguros y fáciles de usar que permitan realizar descargas legales a un precio razonable eligiendo entre un catálogo amplio, el mercado seguirá en manos de la piratería por mucho que amenacen con multar o meter en la cárcel a media España. Que curioso que cuanto más liberalismo exigen las empresas a la hora de bajar los sueldos y despedir con más facilidad, más reclaman al mismo tiempo regulaciones y legislación para intentar arreglar los problemas que ocasiona la pésima gestión de sus negocios. La ley Sinde es uno de los ejemplos más claros; ahora es responsabilidad del gobierno y de la justicia sacarle las castañas del fuego a un sector empresarial.

Pero supongamos que estoy completamente equivocado y que realmente el problema del sector audiovisual no es una mala gestión y un anquilosamiento de las empresas sino una invatible competencia desleal por parte de la piratería que hace imposible mantener su negocio sin recurrir a las medidas penales. Aún en este caso, la solución no sería tener a la justicia enzangada cerrando webs que se volverán a abrir en otro servidor al día siguiente, sino ir a la raíz del problema: el pirata número 1 de España se llama Telefónica y los operadores de Internet. Cuando las empresas de este sector, que funciona en el más típico ejemplo de oligopolio, pactan precios entre ellas para ofrecernos con un pésimo servicio de mantenimiento y de atención al cliente carísimas conexiones de no sé cuantos megas, ¿para qué se supone que son esos megas? ¿Alguien pagaría una ADSL simplemente para ver el email y leer el periódico online? ¿Alguien es tan ingenuo de dudar que las empresas son muy conscientes del uso mayoritario que se les da a las ADSL que venden? Está claro quiénes son los que más se lucran con las descargas ilegales. El día que la SGAE le pida cuentas a los suministradores de Internet, empezará a tener un mínimo de credibilidad. Mientras se limiten a atacar a los que recogen la calderilla del negocio de la piratería, como películas yonkis y demás, y a cebarse con los más débiles de la cadena (bares, peluquerías y usuarios particulares), que no les extrañe que la gente tenga la imagen que tiene de ellos.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Nuestros hermanos mayores alemanes

Son habituales en la prensa titulares del tipo "Alemania salva a Grecia", "Alemania salva el euro" y existe una cierta corriente de opinión de que Alemania es una especie de mamá o de hermana mayor llena de paciencia que nos está sacando las castañas del fuego a los vagos y despilfarradores europeos del sur (un sur que, desde hace unos años, incluye a Irlanda). Como siempre, la realidad es poliédrica y son los poderosos los que deciden cuál es la cara frontal del prisma a la que hay que mirar. Si Alemania está a la cabeza de Europa no es simplemente porque los alemanes sean más organizados ni más trabajadores, como dice el tópico, sino porque el euro es un invento alemán, hecho a la medida de los alemanes para favorecer por encima de todo sus propios intereses.

En Alemania el cambio al euro fue muy sencillo (la nueva moneda era casi exactamente el doble que el antiguo marco) por lo que no soportaron un cambio surrealista como el español (1 euro = 166 pesetas) que hacía muy opaca la equivalencia entre los precios antes y después disparando la inflación. Todos sabemos que en la práctica el cambio efectuado por las empresas, los comerciantes y los hosteleros fue 1 euro = 100 pesetas, lo que supone que muchos precios se inflaron prácticamente un 66 %, y esto provocó una enorme pérdida de poder adquisitivo para los consumidores que nunca ha sido reconocida oficialmente y que contribuyó a agravar el endeudamiento endémico de nuestro país y nuestros vecinos.

Pero es que además, la libre circulación de capitales y bienes en la UE benefició espectacularmente a Alemania, que ya no necesitaba pagar aranceles ni cambios de divisa para vendernos sus productos. Somos nosotros, los cerdos (pigs), como nos llama la prensa, los que, junto con nuestros socios de la Unión, hemos estado manteniendo a Alemania y siendo el origen de su crecimiento y poder económico durante todos estos años, mucho más que al contrario. El modelo de crecimiento alemán no es exportable al resto de la UE, no porque ellos sean más listos ni más trabajadores que los demás, sino porque han estado creciendo a costa del resto de la UE.

Pero ahora con la crisis, el euro y la UE por primera vez le suponen problemas a Alemania, que hasta ahora se había pensado que siempre iba a haber vacas gordas. Y la culpa, no de la crisis, pero sí de que la crisis esté atacando en particular a Europa, es que el euro es un churro, por mucho que pensemos que los alemanes lo hacen todo muy bien. Es un churro porque por un lado tenemos todos una moneda única, y por lo tanto un país en crisis no tiene la posibilidad de devaluar su divisa para mejorar sus exportaciones y salir de una situación apurada, y sin embargo no somos moneda única a la hora de vender deuda: ahí cada palo debe aguantar su vela y pagar si se endeuda los intereses como país individual. En EEUU, California ha estado en bancarrota y no ha pasado nada. ¿Por qué? Porque la deuda americana es de todo EEUU, California no tiene que salir a los mercados a vender bonos de deuda y pagar por ellos intereses usureros que la obliguen a ser rescatada por otros estados y a poner en peligro toda la economía del país, que es lo que nos está pasando en Europa.

Los alemanes se han pasado de listos y la avaricia les ha roto el saco; no quieren devaluar el euro (¿cómo no va a estar estancada la economía europea con el euro por las nubes como está? Lo raro es que nos compren aunque sea un caramelo) y tampoco quieren sacar unos bonos de deuda europeos, algo que de haberse hecho en su momento hubiera evitado que algunos estados se gastaran dinerales en pagar intereses de deuda que crean un círculo vicioso. Si queremos que Grecia pague los intereses de su deuda, no va a tener dinero para reflotar su economía y va a seguir incrementando su deuda pública, o si no su deuda privada; esta prácticamente en la situación de un país del tercer mundo, que no es que no pueda pagar su deuda, sino que casi no puede pagar ni los intereses.
¿La solución? O bien Alemania accede a unificar la deuda de todos los estados en bonos europeos, que hubiera sido la única opción razonable al crear el euro, pero ahora, con más de diez años de retraso y en plena crisis, supone un riesgo considerable de que la UE en su totalidad sea víctima de la usura de los mercados, o bien sacrificar a Grecia expulsándola del euro, algo que sería la puntilla definitiva para el país, puesto que tendría que pagar en dracmas devaluados la deuda que tiene ahora en euros, con lo cual ésta, que ya es considerable, se multiplicaría espectacularmente; además de arrastrar a Grecia a la situación de los países africanos de no poder pagar nunca ni siquiera los intereses de su deuda, las consecuencias para el resto de la UE son imprevisibles y no es nada descartable un efecto dominó. Después de Grecia, Irlanda y Portugal, luego España e Italia, luego ¿cómo va a aguantar Alemania si todos los países a los que exporta están hundidos y no le pueden comprar? No es de extrañar que nadie vea una solución clara al dilema.

Con todo esto no quiero ni mucho menos crear un odio xenófobo hacia Alemania (las clases media y trabajadora alemanas son víctimas de la crisis igual que nosotros) ni disculpar una cultura de vivir por encima de nuestras posibilidades y de la picaresca propia de los países latinos y sobre la que escribiré más otro día, simplemente aclarar que el gobierno y los bancos alemanes no han sido nunca ni son ningunas hermanas de la caridad y que cuando han ayudado a alguien lo han hecho siguiendo sus propios intereses. Lo que sí me interesa comentar es que, aunque los medios comenten el tema lo menos posible, en Islandia se han pedido responsabilidades penales para los responsables de la crisis. ¿A los que nos vendieron las maravillas del euro y nos metieron en este embolado vamos a seguir sin exigirles ninguna responsabilidad?

Origen de la foto de Merkel y Sarkozy: El país

jueves, 8 de septiembre de 2011

Viva la clase media, the movie

El título del blog lo he sacado de una película española de 1980 dirigida por José María González Sinde, el padre de la polémica ministra de cultura, primer presidente de la Academia española de cine y productor de varias películas de éxito durante la transición, especialmente las dirigidas por su amigo José Luis Garci. Curiosamente Garci, además de guionista, es uno de los actores de esta película, que trata sobre el papel desempeñado por la clase media dentro de la oposición a la dictadura franquista.

Como su título indica, el film reivindica a la clase media y denuncia la discriminación más o menos velada que sufría dentro del partido comunista; en efecto, los revolucionarios siempre han desconfiado de la clase media. Es comprensible porque la clase media suele ser escéptica ante los cambios demasiado bruscos, sencillamente porque es la que más tiene que perder: como se muestra en la película, la clase alta se toma el marxismo como un juego intelectual sabiendo que en todo régimen político va a haber castas y ellos van a estar siempre en la más alta, y la clase obrera difícilmente puede estar más abajo por lo que no tiene demasiado que perder. Un puesto en una cadena de montaje es muy anónimo y por lo general el empresario no se va a preocupar por quién lo ocupe, pero en la oficina una actitud subversiva no va a pasar desapercibida fácilmente.

La película, como todo el cine de Garci, es fundamentalmente humanista y no muestra acritud de ningún tipo, pero el funcionamiento interno del partido comunista se muestra muy semejante al de una empresa capitalista en la que las clases están muy marcadas y la obediencia a la jerarquía es total: los líderes se dedican a los grandes debates teóricos y los obreros a las acciones prácticas, dejando para la clase media un puesto de eternos aprendices repartiendo panfletos y encargándose de actividades de dudosa utilidad y de alto riesgo en cuya planificación no se les ha dejado intervenir ni opinar. A tenor de la evolución política posterior de Garci se puede pensar que esta visión es sesgada y malintencionada, pero aunque tenga poca simpatía tanto por el cine que hace como por las amistades que frecuenta Garci hoy en día, la crítica de la película me parece más constructiva que destructiva.

Es indudable que el partido comunista fue la única oposición al franquismo seria y valiente durante los años de la dictadura y que tal vez no se haya hecho la suficiente justicia a su integridad ideológica en los momentos más difíciles; pero también sería muy ingenuo no plantearse la gran rentabilidad que los antifranquistas de buena familia sacaron, una vez llegada la democracia, a sus juicios y estancias en la cárcel, a veces de escasos días, durante la dictadura, y que estos sabían que, en el peor de los casos, si la democracia no triunfaba, siempre tendrían medios y contactos para vivir cómodamente en el exilio, pero que eso tampoco era lo más probable; seguramente, se les daría la posibilidad de moderar sus posiciones políticas, acabar integrándose en el sistema "para combatirlo desde dentro" y, ya como hombres de éxito, sentirse orgullosos o nostálgicos de su pasado revolucionario. Las clases media y obrera, en cambio, se jugaron mucho más y recibieron mucho menos a cambio. Y la clase media soportando además el cliché de clase reaccionaria y contrarrevolucionaria. Menos mal que al menos recibió un pequeño homenaje con esta película.

En el reparto, por cierto, acompañan a Garci grandes actores como Emilio e Irene Gutiérrez Caba, o María Casanova.

Origen de las imágenes: GuionistasABC y Filmaffinity.

jueves, 1 de septiembre de 2011

¿Cuántas horas trabajan los profesores?

Cuando la Consejería de educación de Madrid anunció por sorpresa el último día de junio el despido masivo del profesorado interino, enviando a los centros educativos la lista del número de profesores que tendrían que recortar para el siguiente curso incrementando para ello el horario de los que se quedaban, y los docentes anunciaron que habría movilizaciones, desde el primer momento imaginé los titulares informativos que buscaría el gobierno de Esperanza Aguirre: "los profesores se quejan de que les hacen trabajar 20 horas a la semana". La prensa, como siempre, no ha tardado medio segundo en hacerse eco y altavoz de este punto de vista, colocándolo en el titular y relegando la opinión de los docentes a la letra pequeña, sembrando una vez más la idea populista tan extendida en España de que ser profesor es un chollo y consiste en estar todo el año de vacaciones.


Decir que un profesor solamente está trabajando durante el tiempo en que está impartiendo sus clases es lo mismo que decir que un comercial no trabaja mientras se desplaza entre una visita a un cliente y otra, que un guardia de seguridad sólo trabaja cuando saca la porra, que un ejecutivo no trabaja cuando está reunido, que un bombero no trabaja cuando está de guardia, o cualquier otra barbaridad similar. A las horas de docencia directa, hay que sumar horas de guardia, de reuniones, de atención a los padres, y luego todo el tiempo de preparar y corregir exámenes, ejercicios, proponer actividades, etc. y eso también es trabajo. ¿Que puede haber profesores que no dedican un tiempo suficiente a preparar sus clases para lograr una enseñanza de calidad? Me parecería muy bien que se elaboraran medidas para estimular las buenas prácticas en la docencia y para disuadir a los profesores acomodados, que los hay, pero este recorte no va en absoluto por ahí sino que deteriora la calidad de la enseñanza por muchas causas:

- Aulas más masificadas, con 30 o más alumnos. Si hay menos profesores, hay que hacer grupos más numerosos.

- Se imposibilita, además, el desdoblar los grupos en las asignaturas prácticas. Esto quiere decir clases de informática en las que un ordenador debe ser compartido por dos o tres alumnos en un aula pequeña en la que se están literalmente rozando rodilla con rodilla, laboratorios de química y talleres de tecnología con 30 alumnos menores, o a veces más, trabajando con materiales delicados y a veces peligrosos bajo la supervisión de una sola persona, dejar de atender en aulas aparte con grupos pequeños a alumnos con graves dificultades de aprendizaje enviándolos al aula donde en el mejor de los casos no se van a enterar de nada y en el peor se van a dedicar a reventarles la clase a los demás, clases de idiomas donde a cada alumno le tocará hablar con suerte una vez en toda la hora, y largo etcétera.

- Muchos profesores tendrán que ponerse a dar clase de materias supuestamente afines que no dominan y que, a veces, ni siquiera les gustan. Por supuesto, sin darles ningún tipo de formación respecto a los contenidos ni a la didáctica de esas materias, echándolos a la piscina a ver si flotan.

- Habrá menos profesores para hacer guardias. Por lo tanto, si por cualquier circunstancia un día falta más de un profesor en el centro, sus alumnos menores tendrán que pasar solos toda la hora de clase o al menos un buen rato porque el único profesor de guardia no se puede dividir en dos.


Está claro que todas estas cuestiones no le preocupan al equipo de la señora Aguirre y de otras comunidades autónomas que están tomando medidas parecidas. Algo lógico para quien se plantea la escuela pública como un aparcamiento para que los menores no estén en la calle mientras sus padres trabajan; quien quiera enseñanza de calidad debe acudir a la escuela privada y para ello se aumentan las ayudas y subvenciones para quien opte por la privada no concertada (además de que la concertada es escuela también privada pero ya pagada íntegra o mayoritariamente con dinero público). Hablando en plata, el dinero de los impuestos de todos deja de dedicarse a la escuela pública y se dedica a financiar los colegios para niños bien, o se invierte en medidas propagandísticas de muy dudosa utilidad como los mal llamados "colegios bilingües" (en realidad solamente se imparten en inglés unas pocas materias a unos cuantos alumnos de unos pocos niveles, con resultados no muy eficaces en la mayoría de los casos).

Los profesores protestan porque están a favor de la calidad de la enseñanza y estas medidas sólo sirven para desmotivar al profesor y estimular la práctica docente mediocre. También las asociaciones de padres de alumnos, incluso la de padres católicos (CONCAPA), muy poco sospechosa de radicalismo izquierdista, critican estas medidas. Y también protestan los docentes, y por qué no, por el deterioro de sus condiciones laborales (no solamente el trabajar más horas, sino que con los recortes muchos han sido desplazados hacia centros muy alejados de su lugar de residencia, además de que se les ha recortado el salario, como a todos los funcionarios, hace poco) y por el despido de miles de compañeros, como haría cualquier otro colectivo. Este país necesita un poco o un mucho menos de populismo anti-funcionario y un poco o un mucho más de educación, en todos los sentidos de la palabra.

Fuente de las imágenes: El País.

martes, 30 de agosto de 2011

Ponga un cambio constitucional en su vida

Durante años los medios de comunicación nos habían metido en la cabeza que la constitución española era modélica, estaba muy bien como estaba, y que el más mínimo cambio en la misma era algo muy delicado y requería de un complicado y largo mecanismo de tramitación. Pero claro, eso era cuando se hablaba de reformar la constitución para reconocer el derecho de autodeterminación de una comunidad autónoma o para reforzar derechos individuales o conquistas sociales. En cambio cuando se trata de favorecer recortes sociales, vemos que se puede cambiar la constitución en unos pocos días en medio de las vacaciones de toda España con un acuerdo privado entre los líderes de los dos partidos mayoritarios, sin plantear ningún tipo de consulta popular y con una aprobación parlamentaria que es un mero trámite dado el funcionamiento cerrado y jerárquico de los partidos políticos en España. Tal vez sea un alarmista o un exagerado, pero a un sistema así yo no lo llamo democracia.


No es nada nuevo que para el PP, el PSOE y sus aliados de los medios de comunicación la constitución española es sólo un instrumento para echarles en cara a los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos (no digo esto porque tenga especial simpatía por los nacionalistas); que esa misma constitución establezca el derecho a la vivienda y cuestione por lo tanto que la misma pueda convertirse en objeto de negocio y especulación, en cambio, siempre les ha traído al fresco. Pero este cambio constitucional exprés es una vuelta de tuerca muy inquietante. Francamente me asusta que nos estemos acostumbrando a cambios en las reglas del juego tan precipitados y que vienen dictados desde fuera. También me asusta la naturalidad con la que asumimos que el gobierno no tiene supuestamente otra opción porque quien realmente manda son eso que se llama "los mercados"; si el congreso y todas las instituciones al final no tienen poder real de decisión entonces de ninguna manera podemos decir que nuestro sistema sea democrático. Y si no lo es, entonces al menos cerremos los parlamentos estatal y autonómicos para no estar pagando a una clase política que nos sale muy cara, la verdad, y que es completamente inútil si al final quienes gobiernan España son los grandes bancos, las agencias de calificación y Angela Merkel.

La prensa afín al PSOE intenta vender que algunos sectores del partido estaban a favor de un referendum; a mí me suena al cuento del policía bueno y el policía malo. Como ZP se marcha, pues no importa que ahora pase por el malo de la película si conseguimos salvar un poco la imagen de Rubalcaba. Y la prensa afín al PP denuncia, con razón por otra parte, que España sea un país tutelado desde Alemania; el problema es que, como siempre, no se dan cuenta de que están minando el terreno por el que luego tendrá que pisar Rajoy, puesto que esa situación no tiene ninguna traza de cambiar cuando haya un nuevo gobierno y sus rivales podrán atacarles con las mismas armas que ellos están empleando ahora.

La situación no cambiará con uno u otro gobierno puesto que ante los recortes en los servicios básicos a la ciudadanía que serán el producto de este cambio constitucional, España se convertirá en un país más empobrecido y más incapaz de crear riqueza y salir de la crisis. Pero no dudo que la banca y las grandes empresas recompensarán las "difíciles y duras pero acertadas" decisiones tomadas por los polis tanto buenos como malos, Rajoy, ZP, Rubalcaba y compañía, con grandes puestos directivos una vez que se retiren de su carrera política, como ya hicieron en su momento con Felipe González y con Aznar. Todo ello sin que renuncien a sus sueldos públicos como expresidentes o ex lo que sea, por supuesto.

Fuente de la foto de ZP: universocanario.com

viernes, 26 de agosto de 2011

¿Peregrinos?

Tras haber sufrido la bastante terrorífica experiencia de intentar hacer mi vida normal en Madrid durante las llamadas jornadas mundiales de la juventud la semana pasada, la primera entrada del blog no la puedo dedicar a otro tema. Empiezo diciendo que me parece muy respetable que los católicos practicantes se reúnan en Madrid o en cualquier sitio con su líder espiritual para hacer sus ceremonias y sus celebraciones, vivimos en una sociedad plural y debe haber un espacio para todos. Pero precisamente por eso último, que la ciudad debe ser de todos y para todos, no es de recibo un trato de privilegio hasta extremos totalmente injustificables para ningún colectivo de visitantes, y tampoco para los católicos.




El primer mito que me propongo desmontar es la denominación de "peregrinos" con los que la prensa española ha bautizado a los turistas simpatizantes del Papa. Al diccionario de la RAE me remito: peregrino es aquél que "anda por tierras extrañas" o "por devoción o por voto va a visitar un santuario, especialmente si lleva el bordón y la esclavina". Muchos de los turistas que han venido a ver al Papa eran extranjeros pero no todos, ¿Madrid es una "tierra extraña" para los de Toledo? ¿Y por qué los "guiris" que vienen en cualquier momento del año a ver el Prado o a inflarse de sangría no tienen derecho a la denominación de peregrinos si también andan por "tierras extrañas"? Por otra parte, en Madrid existen algunas iglesias dignas de ver, pero ninguna tiene la categoría de santuario ni la capital de España es una ciudad santa según ninguna religión. Es decir, no ha habido ningún peregrino en Madrid, solamente turistas.


Esta falsa denominación de peregrino para el turista religioso no me parece que se quede en una anécdota, sino que resulta una buena forma de plantear de entrada un trato diferenciado con respecto a cualquier otro visitante. Me parece estupendo que vengan turistas para ver al Papa, siempre y cuando se paguen su alojamiento, se destinen al acto unas instalaciones razonables y unos medios públicos razonables, y se mantenga una actitud respetuosa con la población de la ciudad que está trabajando y haciendo su vida normal y que no está interesada en los actos en los que ellos participan.
Lo que ha ocurrido en Madrid es que las autoridades públicas han regalado la ciudad a los fans del Papa sin ningún tipo de consideración hacia la ciudadanía, y ellos han actuado, empujados por esa actitud de sumisión absoluta a sus intereses y deseos, como si Madrid entero les perteneciera. No es de recibo que todo el centro de la ciudad esté sometido a graves restricciones de tráfico y servicios públicos durante una semana entera; tampoco que, cuando llevamos años de fortísimas subidas en las tarifas del transporte público los supuestos "peregrinos" paguen un precio irrisorio por el uso de un servicio que han estado colapsando varios días. Y sobre todo que Ramón Jáuregui, ministro de la presidencia, considere poco relevante hacer las cuentas respecto a cuánto le cuesta al Estado la visita del Papa es muy insultante para todos los parados y para todos los funcionarios y pensionistas que tienen su sueldo recortado o congelado. Cuando nos están diciendo todos los días lo delicada que es la situación económica de nuestro país, muchos pensamos que no estamos para eventos y fiestas de estas dimensiones con tal derroche de medios públicos.


La falacia del "coste cero" es el segundo mito fácilmente desmontable de esta visita papal. Es un truco muy viejo, pero funciona, venderle a la prensa que algo se está financiando con dinero privado, cuando luego dicho dinero se descuenta de manera prácticamente íntegra de la declaración de la renta de las empresas patrocinadoras. Vale, el estado no está gastando ahora dinero en la visita, aparte del coste de las medidas de seguridad, de los servicios sanitarios reforzados y de los centros escolares abiertos, que ya es bastante, pero será un dinero que se dejará de recaudar en la campaña de la renta del próximo año, por lo que a efectos prácticos es el dinero de todos el que está financiando los confesionarios del Retiro, los menús del peregrino, los grandes escenarios para que las multitudes aclamen al Papa, etc. Creo, e imagino que también muchos católicos sensatos estarán de acuerdo, que en un momento de crisis tan grave en el que están en juego las pensiones, los sueldos de los funcionarios, las prestaciones de la sanidad pública que pretendían regalarse a los "peregrinos", etc., el país tiene otras prioridades. ¿Que se malgasta dinero público en muchas otras cosas? Totalmente de acuerdo y es probable que estuviera de acuerdo con quien protestara en ese sentido, pero eso no es excusa para malgastar todavía más.


Por último, no quiero pasar por alto el tema cívico. Muchos de los visitantes eran muy jóvenes, y su inconsciencia se podría disculpar hasta cierto punto, pero no la de los adultos, religiosos en muchos casos, que les acompañaban. Me parece francamente mal que no les dieran instrucciones de molestar lo menos posible a los habitantes de Madrid durante su estancia. Es una enorme falta de respeto entrar como una jauría cantando y dando palmas en un transporte público lleno de gente que va o que viene de trabajar, y también lo es invadir con los mismos cánticos la calle e imponer a los demás tus banderas y tu fiesta; aunque los medios de comunicación católicos se nieguen a realizar la más mínima autocrítica, no ha sido solamente a los supuestos "laicos agresivos" a quienes les ha molestado el comportamiento de los peregrinos; su mala educación ha sido un comentario unánime de todos los residentes de Madrid, católicos o no. Algo prácticamente inevitable cuando los privilegios que supone ha convertido a la tarjeta de "peregrino" en un pasaporte a unas vacaciones en Madrid por un precio ridículo. Turismo juvenil de bajo coste es lo que ha acabado siendo la visita del Papa. Sí, la misma algarabía ocurre también cuando hay un partido de fútbol de seguimiento masivo; me parece igualmente mal, pero no dura una semana sino unas pocas horas o un día a lo sumo y se concentra en una zona de la ciudad, no se les permite invadir Madrid al completo. Tratemos a todo el mundo por igual.


Fuente de las imágenes: El País y la cadena SER.
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